El dolor inflamatorio es una de las dolencias más frecuentes. Se manifiesta tras un daño o una lesión y suele quedar circunscrito a una zona, como la espalda, el hombro, la cadera y las manos. Normalmente, se acompaña de hinchazón, enrojecimiento y calor y suele desaparecer con la curación de la lesión.
Entre las clasificaciones más frecuentes de las causas de dolor, destaca aquella que distingue entre el dolor inflamatorio, el dolor mecánico y el dolor neuropático. Cada uno de ellos tiene sus propias características y abordarlos conforme a un diagnóstico preciso y temprano es fundamental para su tratamiento exitoso.
Características del dolor inflamatorio
El dolor es una alerta de que algo en nuestro cuerpo no funciona adecuadamente. Esta sensación, fruto de un problema, de una lesión o de un daño, puede llegar a ser muy desagradable e incluso prolongarse en el tiempo, derivando en una dolencia crónica.
Entre los dolores más frecuentes destacan:
- Dolor de espalda
- Dolor de rodilla
- Dolor de hombro
- Dolor de cadera
En el caso del dolor inflamatorio, la respuesta al daño o a la lesión se caracteriza principalmente por la presencia de rubor, hinchazón y calor y se manifiesta, por lo general, como un dolor sordo concentrado en un área del cuerpo.
Se trata de una respuesta de protección que suele desaparecer con la curación del problema. Pero si la lesión perdura se producen unos cambios bioquímicos que provocan que se vuelvan hipersensibles las neuronas que detectan el dolor. Esta circunstancia, según precisan los especialistas médicos de Aliviam Mallorca, conlleva que la dolencia se vuelva más crónica y tenga un umbral más bajo.
El dolor inflamatorio está presente en nuestras vidas y mucho más a menudo de lo que creemos. Normalmente se detecta en cuadros de artrosis, artritis y dolencias de espalda, como en el caso de la lumbalgia inflamatoria.
A diferencia del dolor mecánico, el inflamatorio no cede o se mitiga con el reposo. Es más, se puede exacerbar en esta condición. Además, suele ser matutino o nocturno, presentar rigidez matutina, perjudicar en el descanso y mejorar con la actividad física.
Dolor lumbar inflamatorio: continuo y persistente
La lumbalgia es una de las causas más habituales de consulta médica y uno de los principales motivos de absentismo laboral. Se trata de un malestar profundo o mal localizado en la zona lumbar (la parte baja de la espalda), que en la mayoría de casos remite espontáneamente.
Detrás de este dolor lumbar o lumbago se encuentran razones mecánicas e inflamatorias, es decir, se trataría de un dolor inflamatorio, si bien la sintomatología mecánica es bastante más habitual (90% de los casos). Ambas lumbalgias pueden abordarse de forma exitosa:
- Lumbalgia mecánica: este tipo de dolor se desencadena con la movilización de la columna y desaparece con el reposo. Un tratamiento inadecuado puede derivar en lumbalgia crónica, ciática, hernia de disco etc.
- Lumbalgia inflamatoria: dolor continuo, persistente e intenso que se agudiza con el reposo. Puede ser la manifestación de una enfermedad sistémica subyacente.
Entre las principales soluciones para tratar la lumbalgia mecánica, destacan: inyecciones o infiltraciones para tratar el dolor de espalda; el método McKenzie para el dolor lumbar; ejercicios de tonificación y de recuperación de la musculatura de la espalda; la correcta higiene postural; el reposo no prolongado; el uso de fármacos etc.
En el caso de la lumbalgia inflamatoria, las medidas se enfocan principalmente a controlar el dolor y la rigidez articular de la espalda. Si tienes síntomas y dolor, no dudes en acercarte a nuestra clínica del dolor en Palma de Mallorca: nuestros especialistas en dolor inflamatorio se ocuparán de analizar tu caso y tratarán de ofrecerte un diagnóstico certero que permita darte el tratamiento adecuado.