Cómo tratar una rotura fibrilar

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Tratamiento para la rotura fibrilar

La rotura fibrilar es una lesión muscular marcada por la rotura o el desgarro de más o menos fibras del músculo. Aunque es una afección sobre todo frecuente en quienes practican deporte, aparece también en personas sedentarias que realizan un esfuerzo físico o que tienen una mala circulación arterial o venosa, entre otras.

La parte más afectada son normalmente las piernas, con especial incidencia en los gemelos, los aductores, el sóleo, los isquiotibiales y el recto anterior del cuádriceps. La gravedad y el tratamiento de la rotura fibrilar dependen del músculo dañado y del número de fibras afectadas, tal y como concretan nuestros especialistas en dolor crónico en Mallorca.

Causas y síntomas de la rotura de fibras o del músculo

Cada músculo del organismo está compuesto por millones de fibras musculares susceptibles de sufrir roturas, si bien son los músculos del aparato locomotor los que tienen más posibilidades de verse dañados.

Las causas de la rotura de fibras son variadas, pero se relacionan especialmente con una elongación excesiva del músculo, una contracción brusca o un esfuerzo que supera su capacidad.

Esto hace que sea una lesión habitual en la práctica deportiva, derivada, por ejemplo, de un traumatismo directo o de una caída o de la realización de ejercicios y estiramientos sin el calentamiento adecuado o sin supervisión de un profesional.

Al margen de esto, hay una serie de factores de riesgo que propician las roturas fibrilares:

  • Sedentarismo: la falta de ejercicio debilita el tejido conjuntivo del músculo, ocasionando que las fibras puedan romperse con mayor facilidad
  • Nutrición inadecuada: esta circunstancia repercute en la debilidad y en la fragilidad de los músculos
  • Mala circulación: este aspecto incide en la fatiga del músculo (menor llegada de oxígeno), por lo que éste queda más expuesto a sufrir una rotura fibrilar
  • Enfermedades metabólicas como la diabetes

Según nuestros especialistas en tratar roturas fibrilares y el desgarro muscular en Mallorca, los síntomas más habituales son un dolor repentino y muy intenso (como una pedrada, un pinchazo o un golpe) acompañado en ocasiones de mareo y sudor frío; un hematoma en la zona afectada (rotura vasos sanguíneos); y el bloqueo de movimiento (en los casos más extremos).

Cuál es el mejor tratamiento de la rotura fibrilar en Mallorca

El tratamiento de la rotura de fibras depende fundamentalmente del grado de la lesión y del estado del paciente. Es imprescindible acudir a un profesional para que determine el diagnóstico y apunte el proceso de cura más adecuado.

Por lo general, éste basculará entre unas pautas a corto y a medio plazo, que irán desde el reposo o la aplicación de frío en la zona hasta la realización de actividad supervisada o la reintegración controlada a la vida diaria o deportiva.

Según los fisioterapeutas de Aliviam Mallorca, el tratamiento de esta lesión muscular implica:

  • Descanso: el reposo evita que se rompan más fibras y, por tanto, que se agrave la lesión. También suele recomendarse la utilización de un vendaje compresivo que no impida la movilización del músculo afectado
  • Medicación: antiinflamatorios para calmar el dolor por rotura de fibra y para reducir la inflamación
  • Aplicación de frío en la zona (nunca de forma directa sobre la piel): para aliviar la dolencia y atacar la hinchazón
  • Rehabilitación y readaptación: según apuntan nuestros especialistas, es importante esperar a que desaparezca el dolor agudo antes de reanudar la práctica de ejercicio o ciertas actividades. Una vez superada esta fase, el paciente debe iniciarse con estiramientos suaves varias veces al día y aplicar calor después de cada sesión.

En cualquier caso, el equipo médico de Aliviam Mallorca pauta cada uno de los ejercicios respetando los tiempos biológicos de la rotura fibrilar y la sintomatología del paciente.

El objetivo es facilitar el éxito del tratamiento del dolor y evitar una recaída de la lesión muscular. Respecto al tiempo de recuperación por rotura fibrilar, depende de múltiples circunstancias pero normalmente oscila entre las 3 y las 12 semanas.