¿Qué hacer si te duele el tendón de Aquiles?
El dolor en el tendón de Aquiles (tendinitis de Aquiles) es uno de los males más frecuentes de los tendones. Afecta tanto a la población en general como a los deportistas, especialmente a corredores, tenistas o jugadores de baloncesto. Se produce como consecuencia de la sobrecarga o el uso excesivo y repetitivo de esta estructura, encargada de conectar los músculos de la pantorrilla con el hueso del talón.
Es habitual que comience con un dolor leve en la parte superior del tobillo o en la parte trasera de la pierna, sobre todo después de correr o de realizar alguna práctica deportiva. Aunque la tendinitis aquílea no suele ser grave ni tener consecuencias duraderas, otras veces puede persistir, debilitar el tendón e, incluso, acabar en una rotura o un desgarro del tendón.
Consulta a nuestros especialistas en tratar el dolor en el tendón de Aquiles en Mallorca si sufres un dolor persistente en la zona, el malestar es agudo o si te dificulta, por ejemplo, caminar.
Por qué se produce la tendinitis del tendón de Aquiles
El tendón de Aquiles, el más grande y fuerte de nuestro organismo, es un tejido fibroso situado en la parte posterior del pie; por detrás del tobillo. Se encarga principalmente de la flexión plantar del tobillo y, por tanto, de impulsar acciones como caminar, correr, saltar o ponerse de puntillas.
Este tejido soporta la tensión del movimiento y el peso del cuerpo, por lo que cuando sufre una sobrecarga o se somete a esfuerzos repetitivos e intensos se inflama y causa dolor por encima del talón y en la parte inferior de la pierna.
La inflamación del tendón de Aquiles ocurre, por ejemplo, cuando los corredores aumentan repentinamente la duración de las carreras o en personas de mediana edad que realizan deporte de forma esporádica. La tendinitis es, además, más frecuente a medida que se envejece.
Otras causas
Otras causas de la tendinitis de Aquiles son el incremento súbito de los programas de entrenamiento; la falta de calentamiento y de estiramientos antes y después del ejercicio; la realización de deporte con zapatillas muy usadas; hacer ejercicio en una superficie irregular; o sufrir un golpe en el tendón.
La obesidad y la rigidez muscular también pueden aumentar la presión sobre el tendón de Aquiles.
Entre las medidas que pueden ayudar a reducir el riesgo de sufrir una tendinitis de Aquiles destacan:
- Estar en buena forma
- Mantener una alimentación adecuada
- Hacer estiramientos diariamente
- Fortalecer los músculos de la pantorrilla
- Reemplazar el calzado desgastado y utilizar el adecuado para cada deporte
- Evitar actividades que provoquen un gran esfuerzo para los tendones
- Aumentar gradualmente las rutinas de ejercicios
Cuáles son los síntomas de la inflamación del tendón de Aquiles
Los síntomas más comunes de esta lesión en el tendón de Aquiles son:
- Dolor y rigidez en el talón (sobre todo por la mañana o tras un reposo prolongado).
- Dolor del talón al subir escaleras o caminar cuesta arriba.
- Hinchazón en la zona y enrojecimiento de la piel.
- Crujidos al mover el tobillo o al presionar el tendón.
- Inflamación y sensibilidad en la parte posterior del tobillo.
Su diagnóstico procede principalmente de la exploración de la persona y la localización de la zona dolorida, así como de pruebas de imagen como radiografías, resonancias magnéticas y ecografías.
Cómo tratar la tendinitis aquílea
La inflamación y el dolor de la tendinitis de Aquiles suele responder positivamente a los antiinflamatorios y a medidas de cuidado personal, como el reposo, la aplicación de hielo, la compresión y la elevación del pie por encima del nivel del corazón. También suele ser recomendable recurrir a la fisioterapia para acelerar la recuperación cuando hay mejoría.
Cuando los síntomas son graves o persistentes, puede resultar necesario recurrir a otros tratamientos para el dolor en el tendón de Aquiles. Y existen diversas opciones entre las que hay que analizar cuál es la que mejor se ajusta a cada paciente. Las más habituales son las infiltraciones con ácido hialurónico, infiltraciones con plasma rico en plaquetas o infiltraciones con colágeno; soluciones exitosas para hacer desaparecer o disminuir el dolor en esta zona. Estas inyecciones consiguen, en la mayoría de casos, evitar o retrasar una intervención quirúrgica, necesaria cuando el resto de tratamientos conservadores e invasivos no han funcionado.
Otras afecciones que afectan a esta parte del cuerpo famosa por la mitología son la tendinosis de Aquiles, la ruptura del tendón de Aquiles o la bursitis de Aquiles. Si tienes dolor en el tendón de Aquiles, en nuestro clínica del dolor en Palma te ofreceremos una evaluación completa y un diagnóstico certero de tu caso: consúltanos. Analizaremos tu caso con todo detalle y trataremos de buscar el tratamiento que mejor se ajuste a las necesidades de tu cuerpo y de la afección. Una vida sin dolor es posible y en Aliviam trabajamos cada día para conseguirlo.