La infiltración y la punción seca son dos técnicas contra el dolor en Mallorca erróneamente asimiladas por gran parte de la población. Aunque ambas se utilizan ampliamente, por ejemplo, para tratar los dolores musculares o el dolor miofascial, hay una clara diferencia entre ellas: mientras la infiltración recurre al uso de inyecciones, la punción seca se basa en el uso de agujas, sin producirse la infiltración de ninguna sustancia o fármaco. El uso de estas agujas (similares a las de la acupuntura) hace que no todo el mundo se sienta cómodo con esta técnica de fisioterapia invasiva.
En la diana de ambos tratamientos se encuentran los llamados puntos gatillos o nudos de contracción muscular (trigger point), que suelen causar un malestar profundo y constante. Aunque pueden presentarse en cualquier parte de nuestro organismo, tienen una especial incidencia en el cuello, la espalda y los hombros.
En Aliviam Mallorca somos especialistas en la utilización de distintos tipos de infiltraciones en los puntos desencadenantes del dolor. La aplicación minuciosa de esta técnica mínimamente invasiva y el uso de medicamentos de comprobada eficacia clínica resultan claves en el alivio del malestar de nuestros pacientes en Mallorca.
Técnica de la infiltración para aliviar el dolor
Las infiltraciones realizadas en los distintos centros de Aliviam Mallorca (con clínicas de dolor crónico en Palma, Porto Cristo, Manacor, Inca y Llucmajor) tienen el objetivo de aliviar o eliminar las dolencias de los enfermos y, en consecuencia, ayudarles a recuperar o mejorar su calidad de vida.
Para ello, se inyecta una sustancia directamente en la zona afectada, lo que permite que el medicamento llegue de forma más rápida y en mayor cantidad a su destino. Se evitan así los efectos sistémicos adversos de los fármacos administrados por vía oral o intramuscular.
Todas las infiltraciones se realizan mediante un proceso sencillo, sin cirugía y sin complicaciones. No requieren de una analítica previa o de la necesidad de estar en ayunas y posibilitan recibir el alta de forma inmediata. Además, el paciente suele recuperar la normalidad entre 12 horas y 24 horas después de someterse a esta técnica.
Entre los tipos de infiltraciones más habituales encontramos:
- Infiltraciones en la columna vertebral: indicadas para el dolor de espalda causado por patologías del disco intervertebral, estenosis o dificultades posteriores a una cirugía vertebral
- Infiltraciones intradiscal o infiltración de corticoides dentro del disco: produce un alivio significativo del dolor discogénico
- Infiltraciones articulares: infiltraciones para el malestar de hombro, de rodilla, de cadera, de pequeñas articulaciones… normalmente generados por fenómenos artríticos/ artrósicos
En cuanto a las sustancias inyectadas, la infiltración de ácido hialurónico (viscosuplementación) y la infiltración de Plasma Rico en Plaquetas destacan entre las que mejores resultados dan al afectado. La primera es especialmente recomendable para abordar el dolor articular y la artrosis, mientras que la segunda lo es sobre todo para tratar lesiones deportivas frecuentes y para frenar el avance de los procesos degenerativos.
En líneas generales, esta práctica consigue resultados notables contra las dolencias sin tener que recurrir a las intervenciones quirúrgicas o a la ingesta adictiva de fármacos.
Inyecciones para tratar el dolor miofascial
El síndrome del dolor miofascial es un trastorno por dolor crónico que suele aparecer vinculado a la contracción reiterada de un músculo, a una sobrecarga, a malos hábitos posturales o a ciertas enfermedades. Aunque prácticamente todos padecemos dolencias musculares en distintos momentos de nuestra vida, es importante buscar ayuda profesional si el malestar persiste aunque se hayan tomado medidas como el descanso.
Además de los medicamentos y la fisioterapia, las inyecciones para tratar el dolor miofascial son una de las técnicas más efectivas para aliviar o reducir el malestar. En este caso, nuestros especialistas en dolor miofascial en Aliviam Mallorca identifican los nudos dolorosos en el tejido muscular para, a continuación, infiltrar el anestésico o la toxina botulínica en el lugar correspondiente.