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El Mindfulness contra el dolor crónico

A estas alturas seguro que has oído hablar de las bondades del Mindfulness o de la atención plena, aunque quizás no hayas incorporado todavía su “fórmula mágica” a tu día a día. Este concepto de raíces milenarias, cuya práctica lleva de forma natural a la reducción del estrés, se ha ido incorporando también paulatinamente a las intervenciones en dolor crónico en Mallorca, con beneficios verdaderamente amplios.

El Mindfulness es una filosofía de vida que se vale de la meditación para conseguir focalizar conscientemente la atención en el presente sobre un pensamiento, un sentimiento, un objeto, una percepción… Todo ello con el objetivo de tomar perspectiva desde una actitud de aceptación (sin juicios) y, sobre todo, libre de pensamientos nocivos.

Gracias al mindulfness y la meditación centrada se alivian los síntomas de trastornos (depresión, ansiedad…), pero también ayuda a conseguir efectos positivos en la percepción del dolor, tal y como avaló un estudio publicado en la revista Journal of Internal Medicine. La utilización de sus técnicas, vinculadas al budismo pero carentes de naturaleza religiosa, demostraron un incremento del bienestar que perduró hasta medio año.

Como especialistas en el tratamiento del dolor en Mallorca, animamos a nuestros pacientes a practicar el Mindfulness para mejorar el bienestar físico y emocional; a ser capaces de mirar con nuevos ojos su situación; a abrazar un enfoque muy diferente al que la mente acoge cuando se enfrenta al dolor. Ello implica dejar de lado esos pensamientos negativos que automáticamente ponemos en marcha con el dolor (lo odiamos, queremos su desaparición y nos pasan por delante mil y una formas y expectativas frente a él).

Estas actitudes no hacen más que exacerbar el dolor y alimentar la frustración, la ansiedad, la depresión, el que todo es horrible y el que nada funciona. En definitiva, enseñamos a asumir una nueva visión que permite concentrarse en el presente, eliminar los juicios de valor y aprender a sentir curiosidad por la intensidad del dolor crónico en lugar de centrarse en esas ideas que tanto daño hacen.

Según nos explican nuestros profesionales de la clínica del dolor en Mallorca, el Mindfulness o la atención plena puede cultivarse y entrenarse en aras del equilibrio y del bienestar psicológico. Lo recomendable es practicarlo diariamente durante unos 30 o 40 minutos, aunque puede comenzarse con sesiones cortas (algo sencillo es empezar observando tareas cotidianas como la comida o la ducha) hasta que se automatice y se pueda poner en práctica en cualquier instante y lugar.

Esta forma de proceder aumenta la autoaceptación y mejora la salud mental, ya que se deja de juzgar el pasado y de anticiparse al futuro. La base está en concentrar la atención en la respiración (aprender a sentirla pero sin pensar en ella, sin planear cómo respirar, simplemente observando cómo discurre de forma natural), con el fin de focalizarla en pensamientos, sentimientos o sensaciones del presente percibiéndolos de forma impersonal (no hay que desesperar si no se consigue en un primer momento).

Una buena idea es entrenar su práctica en aquellos instantes más relajados, sin interferencias ni alteraciones (móviles, televisión…). La posición ideal para pacientes con dolor sería una tumbados en una esterilla ya que nos ayuda mantener la espalda recta con miras a centrarnos en la respiración mientras vamos relajando piernas y brazos.

Por último, señalar que hay estudios que demuestran que el Mindfulness, además de tener un impacto sobre el dolor, el estado del ánimo y la calidad de vida de sus practicantes (es un antídoto contra la irritabilidad, el estrés, la depresión…), mejora el sistema inmunológico e, incluso, puede producir cambios estructurales en el cerebro modificando las redes neuronales que son la base anatómica y funcional de la ansiedad y del sufrimiento ligados al dolor crónico.

Por supuesto, su eficacia está muy relacionada con el ejercicio habitual de esta técnica, su interiorización y su uso de forma consciente. Es necesario que el paciente se implique, que entienda todos los beneficios que le reporta esta práctica y pueda ir viendo poco a poco sus resultados. La paciencia es clave aquí ya que la técnica no es efectiva de un día para otro sino que es la constancia en la práctica de la misma la que la hace realmente funcional.

La mente es un elemento muy poderoso que en los casos de dolor juega siempre un papel clave. El asunto es que ese papel puede ser positivo pero también puede ser negativo en función de a dónde llevemos nuestra mente o a dónde dejamos que vaya. Enseñarle a jugar a nuestro favor es vital puesto que nos permitirá usar todo ese poder que esconce en nuestro favor.