Alimentación ¿Cómo influye la dieta en el tratamiento del dolor crónico?

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Dieta para el dolor crónico

La estrecha relación entre la dieta y las dolencias crónicas es innegable: la alimentación afecta a la intensidad y a la evolución del dolor, del mismo modo que este mal incide en el estado nutricional del paciente.

Si seguir unas pautas alimentarias beneficia a cualquier persona, el cuidado de la alimentación para aliviar el dolor crónico se vuelve más imprescindible si cabe. En palabras de los nutricionistas de nuestra clínica del dolor en Mallorca, una dieta variada, sana y equilibrada es importantísima para mejorar la calidad de vida de los pacientes con dolencias de larga duración.

La clave está en la existencia de alimentos con propiedades analgésicas, antiinflamatorias o antioxidantes, capaces de aportar las sustancias y los nutrientes que el organismo necesita para mejorar la recuperación o disminuir el dolor crónico.

Así, por ejemplo, los antioxidantes y los ácidos grasos Omega 3 son de gran ayuda contra el estrés oxidativo y la inflamación crónica, que acompañan a las situaciones de dolor prolongado y alteran el metabolismo y los sistemas, empeorando patologías como la fibromialgia, la fatiga crónica, la artritis, la migraña y otras enfermedades que cursan con dolor prolongado.

Por contra, la dieta en el tratamiento del dolor crónico puede resultar perjudicial o aumentar el padecimiento cuando incorpora productos como los alimentos proinflamatorios, los procesados o los productos muy grasos.

¿Qué alimentos alivian el dolor crónico?

Los alimentos antiinflamatorios y los alimentos antioxidantes actúan como estimulantes de las defensas que puede requerir el organismo para tratar el dolor y recuperar el bienestar. Por ello, es aconsejable que la dieta de un enfermo con dolor crónico incorpore una alimentación correcta con productos con estas propiedades:

  • Pescado azul (sardina, salmón, el atún, la caballa…)
  • Vegetales de hojas verdes (lechuga, espinacas…)
  • Verduras (brócoli, pimientos, tomate, remolacha…)
  • Frutas (naranjas, cerezas, aguacate, piña…)
  • Frutos secos (nueces, pistachos, almendras, avellanas…)
  • Cereales integrales (arroz integral, quinoa, centeno…)
  • Especias (cúrcuma, pimienta, orégano, canela…)
  • Legumbres
  • Frutos rojos
  • Aceite de oliva
  • Carnes blancas (pavo o pollo), conejo y cerdo
  • Yogur y otros elementos fermentados.

¿Qué alimentos empeoran el dolor crónico?

Una alimentación inadecuada actúa como un enemigo del dolor crónico. Es por ello que el enfermo con dolencias prolongadas debe evitar especialmente alimentos como:

  • Carnes rojas y sus derivados
  • Hidratos de carbono refinados (bollería, galletas…)
  • Alimentos procesados (pasta, pan blanco, arroz blanco…)
  • Alimentos fritos
  • Salsas, margarina y manteca
  • Productos muy grasos
  • Sal, café, refrescos y alcohol en exceso
  • Productos lácteos pasteurizados

¿Cuál es la mejor dieta para tratar el dolor crónico?

Según puntualizan los expertos en alimentación y nutrición de Aliviam Mallorca, la dieta mediterránea es la más conveniente para afrontar el tratamiento de los males crónicos. Este tipo de alimentación pone especial énfasis en el consumo de alimentos vegetales, frescos y de temporada, mientras que resta peso a las carnes y derivados, a los hidratos de carbono (pasta, cereales y productos elaborados),  a los alimentos procesados, a los azucarados, a la cafeína y el alcohol, entre otros.

Contacta con nuestros especialistas en dolor crónico en Mallorca para recibir más información sobre la dieta para el dolor crónico y sobre el enfoque multidisciplinar con el que abordamos los males de nuestros pacientes.